La historia del Club Atlético Peñarol

La sección de historia del Club Atlético Peñarol fue compaginada exclusivamente por Alvaro (Varoal) Denis.

PRIMERA PARTE: 1891-1968

URUGUAYO

LIBERTADORES

INTERCONTINENTAL


DECIMAS A LA ONCENA CENTENARIA

(por Guillermo Cervetto)

Nacido en un país laico
naides me ha obligado a creer,
mas al sentirme crecer
resolví como otros tantos:
no creo en dioses ni santos,
(intangibles en malón).
Ya de chico, y con razón,
por ser el más aguerrido
te canto, manya querido,
porque sos mi religión.

Nació en el noventa y uno
...pero del siglo pasado,
aunque haya algún osado
que por envidia desmienta.
No das pelota a la afrenta
pos sabés, sos el decano.
Dejá que chillen, hermano!,
la tienen mal barajada,
tal vez porque cuentan su hinchada
con los dedos de una mano.

Te bautizaron en gringo
pero nunca te gustó.
Y cuando el caso se dió,
legal, cambiaste el nombrete.
Y perdoná que interprete
así el sentir de este payo:
la ironía no me callo,
!vos y el candombe primeros!
aun naciendo de extranjeros
hoy son lo más uruguayo.

Allá en el mil novecientos
la gloria empezó a pintarse
(para poder destacarse)
con tu color: oro y negro.
Por vos te digo, me alegro,
pos madrugaste cual gallo;
me agarra casi un desmayo
por la emoción del momento,
cuando fuiste, !monumento!,
!Primer Campeón Uruguayo!

!Y en mil novecientos cinco!
no hay palabras pa' narrar...
!A eso se llama ganar!,
que euforia para la hinchada.
Campeón, y de forma holgada,
(ya la memoria me dicta):
lo dice la historia, estricta,
!que todos fueron vencidos,
ganó todos los partidos
y dejó su valla invicta!.

Marzo doce del catorce
el feriado nacional.
Tu nombre sonaba mal
y le pegaste un cambiazo.
Y ya de paso, cañazo,
creaste pa' toda la historia
bandera, signo de euforia,
de tu hinchada apasionada:
de oro y negro rayada
y once estrellas de gloria.

Solo dos años después
se empezó la tradición:
los Peña sin compasión
ganaban por tres a uno.
Triunfo muy oportuno
que marcó a nuestros ancestros
pues se fijaron los puestos,
y la tribuna acunaba
algo -!que juro! -sonaba
parecido a: !hijos nuestros!

En el treinta, en nuestro mes,
debutamo el Centenario
y habia que ser otario
pa' perderse ese partido.
Jugaba el manya aguerrido,
con su rival más modesto.
No les ganamos por pesto,
mas uno a cero es ganar.
Y la hinchada dio en cantar
ya sin duda: !hijos nuestros!

Y así pasaron, le digo,
varias decadas de gloria.
Lo marca clarito la historia
y por eso yo resumo.
Y de ahora en más presumo
(mas ya empiezo a compartirlo)
me es mas fácil describirlo
pos viví lo que se cuenta.
...y me vengo a los sesenta
cuando yo empecé a seguirlo.

El diez y nueve de junio
de mil novecientos sesenta
Paraguay que se lamenta
la derrota de su Olimpia.
Victoria por demás limpia
("media inglesa" fue el albur).
En Puerto Sajonia el abur
al Olimpia, !y atención!
!Peñarol primer campeón
de la América del Sur!

Y solo un año después
la historia que se repite,
al Palmeiras dimo "envite"
con treinta y siete de mano.
Incluso hubo un fulano
Pepe Sasía llamado
que cual cañon bien cargado
con su gol !la red rompió!
y a su rival lo dejó
boca abierta,... derrotado.

Sesenta y uno fue un año
pa' quedar estupefacto.
Ya le cuento, pues de facto,
nada quedó por ganar.
Si me le pongo a pensar
en nada salimos segundo
y en la memoria me abundo:
!ganó la Libertadores!
y completó los loores
!saliendo Campeón del Mundo!

El Benfica vapuleado
no pudo ni reaccionar
por más que quiso luchar
porque el manya fue imparable.
Tampoco fue muy "amable"
siete goles le encajó.
Y el mundo se inclinó
ante aquel grito de guerra
que se oyó en toda la Tierra
!Peñarol que no ni no!

Pa' terminar ese año
(le digo un poco 'e soslayo)
!salió Campeón Uruguayo!
y todo quedó ganado.
Y el cuadro más afamado
según confirman los dato
-le cuento porque me es grato-
que con esa otra victoria
se zambullía en la gloria
!con un pentacampeonato!

Sesenta y seis otro año
de hazaña sin precedente
aún se asombra la gente
de la garra demostrada.
Una victoria lograda
a orgullo y gana, mi oyente.
Porque la historia no miente
que fue por una jugada
que la América, asombrada,
se te inclinó nuevamente.

Final con el River Plate
allá en el Santiago chileno
y la cosa en el terreno
pintaba negra, mi amigo.
!Créame lo que le digo!
que soy payo, y no zambero
en aquel tiempo primero
sufrimos cual dromedarios
y fuimos pa' los vestuarios
perdiendo por dos a cero.

Y todo seguía igual
no podíamos marcar.
Mas siempre hay que esperar
cuando el manya está jugando.
Y así, todos reaccionando,
ante el famoso Amadeo
que en gesto por demás feo
al león lo provocaba....
...y al fin la hinchada gritaba
!!donde estás que no te veo!!

Cuatro a dos fue el gran final
de ese histórico partido.
Y les cuento, complacido,
que Spencer Abbadie y Rocha
dejaron un tanto mocha
la soberbia del arquero.
Yo me le saco el sombrero
a esa gesta impresionante
(!así no hay nervio que aguante!)
!es Campeón el Carbonero!

Pa' rematar ese año
!otra vez Campeón del Mundo!
Sin dejar duda, rotundo,
derrotó a Real Madrid,
que cayó en el ardid
de creerse más fortachón.
Mas se equivocó el chambón
y se comió cuatro goles.
Y los hinchas mirasoles
cantaban !dale campeón!

Cobreloa se postró
también ante el carbonero;
empatándonos primero
y perdiendo en el segundo.
Con uno a cero fecundo
llegado justito en la hora,
el Nando que los atora
y da la Libertadores.
Otra vez son ganadores
y la hinchada los adora.

De ahí nos fuimos a Tokyo
a mostrar nuestra valía
ganando con jerarquía
al Aston Villa europeo.
Y seguro queda feo
que les oculte mi euforia
abrió página de gloria
con dos a cero rotundo
!tres campeonatos del mundo!
!Primer cuadro en la historia!

Un último hecho que quiero
traerles a colación
cuando fue otra vez campeón
(y nuevamente en Santiago).
Fue casi cual cosa de mago
-permitame que le informe-
que paseando el uniforme
oro y negro mas glorioso,
sacó cabeza del pozo
no fue hazaña, !mas fue enorme!

Contra América de Cali
se jugaba el campeonato
equipo con mucho boato
y con juego muy pulido.
De acuerdo a lo acontecido
sólo servía ganar,
porque con sólo empatar
América campeonaba.
Mas fue Peñarol quien jugaba
!y Uruguay a festejar!

Todo venía empatado
el partido y el alargue
y aún recuerdo el amargue
que tenía nuestra hinchada.
La cancha estaba flechada
mas no se podía anotar.
Ya estaba por teminar
y la esperanza flaqueaba
!mas jugaba la rayada!
!y el patrón mandó a cobrar!

Aun recuerdo clarito
la forma un tanto agresiva
que con cuenta regresiva
América festejaba.
Diez, nueve, ocho -no es nada-
siete, seis, cinco -ahí estuvo-
cuatro, tres, dos, !y me subo
a la torre de homenaje!
pos taba jugando el manyaje
!y la historia se detuvo!

Faltando esos dos segundos
la empalmaba el Diego Aguirre
y fue motivo de pirre
para tantos seguidores.
El cuadro 'e nuestros amores
al Cali puso en desbande
y en las gargantas se expande
un rugido en forma 'e grito
para que suene clarito:
!Peñarol sos lo mas grande!

Mas no quiero retirarme
sin hacer presentación
-lo digo con emoción-
de la doceaba estrella.
Y lo cuento porque es ella
quien sostiene, inclaudicable,
al león indomeniable,
oro y negro, fulguroso.
!Seguro estas orgulloso
de tu hinchada incomparable!

En las malas y en las buenas
nunca te deja de a pie
y siempre mantiene la fe
con devoción increíble.
Si la mala es sensible
siempre apoya tu trabajo
y no te tira pa' bajo
-como pasa a otros cuadritos-
y siempre te empujan los gritos
!!Vamos los Peña, carajo!!

Y ya empiezo a despedirme
del Peñarol uruguayo,
la religión de este payo
desde que tiene conciencia.
Aún lejos de la querencia
no dejo 'e reverenciarte
y ahura quiero regalarte
con frase de las sinceras:
te juro, si no existieras
sería imposible inventarte.

Pa'l viejo.



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